Juan de la Cruz Reyes Osuna
“El Canario”
Nombre artístico: El Canario
Nombre y apellidos: Juan de la Cruz Reyes Osuna
Nombre del padre: Antonio Reyes Calderón
Nombre de la madre: Mariana Osuna Navarro
Lugar y fecha de nacimiento: Álora, 30 de junio de 1857
Lugar y fecha de defunción: Sevilla, 13 de agosto de 1885
Podríamos llamarlo el patriarca de los cantaores de Álora, ya que es el más antiguo del que tenemos noticia.
Nace en Álora el día 30 de junio de 1857; teniendo en cuenta esta lejana fecha, son más de 165 años los que se llevan cantando flamenco en nuestro pueblo.
Su carrera como artista, como era normal en este tiempo, se inicia en los cafés cantantes de Málaga. Canta en 1882 con Juan Breva, Juana y Fernanda Antúnez, Dolores Torcuato y Teresa Heredia en el café el Vapor de Santander.
Se presentó públicamente en Sevilla en el año 1884. Sus primeras malagueñas no gustaron mucho a los aficionados sevillanos no acostumbrados todavía a estos nuevos estilos, teniéndose que marchar sin convencer, a Madrid. Allí actuó en el café el Imparcial, para volver a los pocos meses otra vez a Sevilla con los cantes arreglados y lograr un gran éxito del que pudo disfrutar bien poco, pues su vida, como se verá, fue breve. En esta ciudad habitaba en la calle Amor de Dios nº 39.
Como artista, El Canario fue conocedor de todos los cantes, creó una malagueña, como no podrá ser menos en un cantaor aloreño. Esta malagueña era brava y con fuerza, apta para ser cantada a pleno pulmón. Como todo buen creador, produjo innovaciones en su campo: fue quien introdujo la costumbre de comenzar a cantar la copla de la malagueña con la última palabra del primer verso:
Las gentes
por el hablar de las gentes…
Lo que copiaron infinidad de cantaores y se extendió la costumbre a otros palos como los tientos, las cartageneras, y ciertos fandangos de Huelva. Chacón creó una cartagenera a partir de una malagueña de El Canario.
La malagueña más popular de El Canario es la que dice:
Espías,
tengo que poner espías
para ver si mi amante viene
al pié de Torregarcía.
No sé para mí qué tiene
el camino de Almería.
La musicalidad de su malagueña sirvió para componer la Totanera. El Canario está considerado el primer cantaor que interpretó la serrana y la malagueña en los tablaos flamencos, de las que era considerado gran intérprete.
Opina José Navarro Rodríguez que la célebre letra Espías, atribuida a El Canario, según estudios realizados sobre la misma, es de naturaleza típicamente levantina. Aurelio Séller consideraba “la malagueña de El canario es la de mayor belleza que había conocido; intensas, por alto y más valientes que las de Chacón”.
En el verano del año 1885 ocurrió un hecho que lanzó al cantaor al terreno de la leyenda. Estando cantando con la Rubia de Málaga en el café del Burrero en Sevilla, situado junto al puente
de Triana, y con motivo de una discusión que no se ha llegado a saber si fue por celos o por rivalidad artística, el padre de una de las artistas que actuaban en el Café, asesinó a El Canario. Era la madrugada del 13 de agosto de 1885 y Juan de la Cruz contaba a la sazón veintiocho años de edad, es decir, una edad casi juvenil, en la que comenzaba a consolidar su carrera de artista.
La muerte de El canario, por su juventud y por el modo violento en que ocurrió, dio lugar a una amplia leyenda que quedó plasmada en los libros, obras de teatro, etc. La noticia, que en la época debió tener mucha difusión, la dieron varios periódicos sevillanos. Algún diario, como El Tribuno (14 de agosto de 1885) se limita a hacer una relación objetiva de los hechos, pero hay otros diarios que se hacen eco del aspecto escandaloso que tiene el hecho dramático, lo que nos permite observar la consideración social tan baja que tiene el flamenco para la población más conservadora, ya que iba asociado a la juerga y al consumo de alcohol y , en ocasiones, a pendencias y riñas (15 de agosto del mismo año).
Estos textos, a parte de darnos noticia de las circunstancias en las que ocurrió la muerte de El Canario, hablan solos, sin necesidad de comentarios, de la baja consideración social que tiene el flamenco en la segunda mitad del siglo XIX. Era un arte que se asociaba irremediablemente a ambientes inmorales y a los desórdenes públicos. Poco a poco, cantaores como los mencionados en este trabajo, fueron consiguiendo para el flamenco la categoría social y artística que hoy tiene.
También en la literatura de creación, y no sólo en el periodismo, tuvo eco la muerte de Juan de la Cruz Reyes. Véase como ejemplo el soneto del poeta afincado en Alhaurín de la Torre Francisco Acosta:
Un día doce1 fue luna agosteña
alumbrando su muerte tan temprana;
cayó cerca del puente de Triana
derramando su sangre malagueña.
Dos hombres enfrentados por la greña.
Y aquella madrugada sevillana
tiñó el Guadalquivir de color grana
la parda y triste tierra ribereña.
Nadie evitó aquella horrible muerte.
Allí quedó su cuerpo frío, inerte,
con el alba tejiéndole un sudario.
Pero su voz jamás será olvidada,
Y Álora llora aún, desconsolada,
por la muerte inmortal de aquel Canario2.
1. Como ya se ha indicado y avala su partida de defunción, la fecha es el 13 de agosto.
2. Francisco Acosta, en la revista Fontana de Alhaurín de la Torre.
Del mismo autor es la siguiente malagueña:
Como un canario cantaba
Juan de los Reyes Osuna,
como un canario cantaba,
En Álora está su cuna
Y en el puente de Triana
murió sin gloria ninguna.
Para terminar, indicar que la Peña Flamenca de Álora le hizo homenaje a El Canario el 1 de septiembre de 1979 y celebró con varios actos el Centenario de su muerte, el 26 de octubre de 1985.
Nota: Los artículos mencionando al canario en éste texto, junto a otros más, pueden leerse en el libro Cantaores y Guitarristas de Álora de Francisco Martín Vila y Benito Moreno López del cual se ha extraído éste artículo.